(Hc.17.23) -13 Ene. 11-
Introducción.
En
el segundo viaje de Pablo, visitó diferentes ciudades; y después de haber
estado en Berea, hizo una escala en Atenas, Grecia, donde esperaba a Silas y
Timoteo. Atenas era una de las principales ciudades de Grecia, conocida por sus
universidades y los diferentes filósofos que surgían de allí, así como
historiadores, arquitectos, etc. Además era famosa por los templos que se
ubicaban en diferentes puntos de la ciudad y especialmente en la Acrópolis, que
era el lugar más alto, en donde se encontraba en templo dedicado a Atenea, la
patrona de la ciudad.
Durante
su estancia en esta ciudad, Pablo hizo un recorrido por la ciudad, visitando
varios lugares que llamarían su atención.
“Mientras recorría la ciudad contemplando sus
monumentos sagrados, he encontrado un altar con esta inscripción: "Al Dios
desconocido. Pues bien, lo que ustedes adoran sin conocer, es lo que yo vengo a
anunciarles.” (HECHOS 17:23; Biblia
Latinoamericana 1995).
Posible
ruta de Pablo en Atenas (ver mapa al final).
1. Puerta Dypilon/Puerta Sacra. Al venir de
Berea es necesario entrar a la ciudad por alguna de las puertas ubicadas al noroeste.
2. Acrópolis. Aquí
se ubicaban, el Partenón y varios templos y estatuas dedicadas a Atenea; los
cuales interesarían a Pablo, seguramente habla de ellos cuando habla de los
santuarios o monumentos sagrados (HECHOS
17:23).
3. Ágora. Era el
mercado griego más concurrido, donde también se encontraba la torre de los
vientos y el reloj de agua que pudieron llamar su atención Después de su
recorrido por la Acrópolis el espíritu de Pablo se enardecía, otras versiones
traducen:
a. “le dolió en el alma” (Biblia Al Día)
b. “su espíritu hervía”
(Bliblia latinoamericana 1995).
c. “le dio mucha tristeza”(Biblia Lenguaje
Sencillo)
d. “se indignaba” (Nueva Bibia
Latinoamericana De Hoy)
Éste sentimiento fue similar al que Jesús tuvo al ver a
Jerusalén entregada a la perdición (LUCAS 19:41, 42). Un sentimiento
similar al que tenemos cuando vemos una injusticia, o el maltrato y explotación
de una persona indefensa. Este sentimiento lo motivó a predicar y debatir en las
plazas y sinagógas, especialmente en el Ágora; donde los filósofos le
escucharon y lo trasladaron al Areópago.
4. Areópago.
Conocido como la colina de Ares o de Marte, era un foro abierto de debate filosófico
y político, donde expuso su enseñanza a los estoicos y epicúreos.
Pablo hace mención de un altar titulado: AL DIOS NO CONOCIDO,
¿por qué adoraban lo que no conocían?
En los siguientes minutos estaremos meditando sobre ésta
cuestión…
Porque…
…¿querían adorar algo nuevo?
Los filósofos amaban
los nuevos planteamientos, las situaciones sin resolver, las enseñanzas nuevas
a sus oídos (v.20, 21). Probablemente, algún filósofo tuvo la idea de adorar a
un dios nuevo, a uno que nadie conociera.
En realidad, no hay
nada nuevo bajo el sol (Ecl.1.9). Y la Escritura será siempre la misma (Efe.1.17-21),
la sabiduría y las innovaciones de la ciencia simplemente son falsas
(1Tim.6.20).
…¿reconocían que eran ignorantes de Dios?
Ellos mismos lo
reconocían, en sus propias palabras, ellos están diciendo NO CONOCEMOS a Dios,
el mismo Pablo lo dice (v.23), y les llama ignorantes (v.30).
En el mundo existen
muchas personas que no conocen a Dios, pero más allá de eso, muchos Cristianos
aún no conocen a Dios, es decir, no saben cuál es la personalidad de Dios, qué
demanda de nosotros, por qué desea que le adoremos, por qué no responde
nuestras oraciones, etc.; por ello es necesario conocer más a Dios (Jn.5.39;
Stg.1.5).
¡…trataban de adorar a todos los dioses! (¡…buscaban a Dios en lugares equivocados!)
Aunque la biblia no
explica por qué, los atenienses, tenían un altar dedicado a un dios que no
conocían, la historia cuenta de un profeta llamado Epiménides, se dice que
durmió durante 57 años, y después despertó con el don de la profesía; es probable
que Pablo haga referencia de Epiménides (Tit.1.12), pues la paradója de
Epiménides dice: todos los cretences son
unos mentirosos. Es una paradója considerando que Epiménides era cretense.
Purificó a Atenas cuando padecía una peste, para ello tomó algunas ovejas
negras y blancas, las condujo al Areópago y dejó que se fuesen a donde
quisiesen, mandandó, a quienes las seguían, que, donde se echasen, las
sacrificaran al dios más cercanoy si no había un altar cercano, debían levantar
uno dedicado a un dios que probablemente no conocía. Desde entonces se hallan
por los pueblos de los atenienses diferentes altares sin nombre.
Si algo podemos aprender del altar que levantaron
los atenienses, es que muchas veces buscamos a Dios en los lugares equivocados
(Jer.2.13), preguntamos sobre él en un mal lugar (Jer.6.6), o buscamos las
respuestas a nuestros males fuera de él (Sal.119.160; Jn.17.17).
Conclusión.
A pesar de la
inteligencia y sabiduría de los griegos, aunque estaban en la cuna de la
filosofía y el arte, Dios les hacía falta en sus vidas.
Siempre estamos a
tiempo para venir a Dios, siempre es oportuno buscarle.
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