martes, 11 de febrero de 2014

LA GENTE DE NÍNIVE

(Mt.12.41) -25 jun. 09-
Introducción.
  A. Sin duda, muchas son las lecciones que podemos aprender del libro de Jonás, sin embargo, hoy meditaremos en la gente de Nínive.
  B. Cristo mismo, amonestando a la gente de su tiempo, nos trae a la memoria el arrepentimiento de la gente de Nínive. ¿Qué podemos aprender de ellos?

I.- Se arrepintieron a pesar de la predicación.
  A. En los ninivitas encontramos un ejemplo de verdadero arrepentimiento, a ellos no tuvieron que convencerlos para arrepentirse, es más, la predicación que recibieron no era de Buena Nueva, sino de Mala Nueva. Ni siquiera recibieron muchos llamados a Dios (Jon.3.4).
  B. Si Dios le está llamando, si está recibiendo palabras de consuelo, es el momento de actuar, de venir al arrepentimiento (Isa.55.6).
   C. ¿Qué podemos aprender? (1) Necesitamos predicar el amor de Dios y no solamente su ira (los truenos de la ley). Y (2) necesitamos insistir, como Cristo lo hace (Apc.3.20).

II.- Escucharon a Dios, no al predicador.
  A. El predicador que la gente de Nínive conoció, no era el más carismático, el más alentador, el más comprensivo, ni mucho menos les tenía aprecio. Sin embargo, ellos no se fijaron en las cualidades del predicador, sino en el mensaje de Dios (Jon.3.5).
  B. Muchas veces estamos acostumbrados a escuchar al predicador, que él ponga el ejemplo, y aunque es una condición justificada (Rom.2.21).
  C. Sin duda, los ninivitas nos enseñan que debemos aprender a escuchar más a Dios y menos al predicador (Mt.23.3), seguramente si ellos hubieran tenido la oportunidad, habrían actuado como la gente de Berea (Hc.17.11). ¿Es usted como la gente de Nínive o Berea?

III.- Cambiaron a pesar de la incertidumbre.
  A. El mensaje y el mismo predicador no proveían muchas esperanzas a los ninivitas, es más, ellos mismos dudaban del resultado de su arrepentimiento (Jon.3.9). ¡Cuánta esperanza puede proveer un “quién sabe”! Tanto esfuerzo y tanta dedicación para un resultado dudoso, en 40 días Nínive sería destruida, ¿se arrepentiría Dios de su decreto?
  B. Una de las lecciones más importantes de la historia de Jonás es que si el hombre se arrepiente de sus pecados, Dios se arrepiente de destruirlo, pero ellos no lo sabía (Isa.55.7-9). Ningún pecado es tan grande que Dios no lo perdone (asesinato, homicidio, violación, etc.).
  C. Nosotros tenemos una esperanza firme, por qué no cambiar ante la fidelidad de nuestro Dios para darnos perdón, la promesa y el juramento nos proveen confianza (Hb.6.19; 1Jn.1.19).

Conclusión.
  A. Nuestra vida es mucho más generosa que la de los ninivitas, sin embargo nuestro corazón es mucho más duro.

  B. Que Dios sea quien alumbro nuestros corazones y su espada la que nos juzgue.

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