(Mt.12.41)
-25 jun. 09-
Introducción.
A. Sin duda, muchas
son las lecciones que podemos aprender del libro de Jonás, sin embargo, hoy
meditaremos en la gente de Nínive.
B. Cristo mismo,
amonestando a la gente de su tiempo, nos trae a la memoria el arrepentimiento
de la gente de Nínive. ¿Qué podemos aprender de ellos?
I.- Se arrepintieron
a pesar de la predicación.
A. En los ninivitas
encontramos un ejemplo de verdadero arrepentimiento, a ellos no tuvieron que
convencerlos para arrepentirse, es más, la predicación que recibieron no era de
Buena Nueva, sino de Mala Nueva. Ni siquiera recibieron muchos llamados a Dios
(Jon.3.4).
B. Si Dios le está
llamando, si está recibiendo palabras de consuelo, es el momento de actuar, de
venir al arrepentimiento (Isa.55.6).
C. ¿Qué podemos
aprender? (1) Necesitamos predicar el amor de Dios y no solamente su ira (los
truenos de la ley). Y (2) necesitamos insistir, como Cristo lo hace (Apc.3.20).
II.- Escucharon a
Dios, no al predicador.
A. El predicador que
la gente de Nínive conoció, no era el más carismático, el más alentador, el más
comprensivo, ni mucho menos les tenía aprecio. Sin embargo, ellos no se fijaron
en las cualidades del predicador, sino en el mensaje de Dios (Jon.3.5).
B. Muchas veces
estamos acostumbrados a escuchar al predicador, que él ponga el ejemplo, y
aunque es una condición justificada (Rom.2.21).
C. Sin duda, los
ninivitas nos enseñan que debemos aprender a escuchar más a Dios y menos al
predicador (Mt.23.3), seguramente si ellos hubieran tenido la oportunidad,
habrían actuado como la gente de Berea (Hc.17.11). ¿Es usted como la gente de
Nínive o Berea?
III.- Cambiaron a
pesar de la incertidumbre.
A. El mensaje y el
mismo predicador no proveían muchas esperanzas a los ninivitas, es más, ellos
mismos dudaban del resultado de su arrepentimiento (Jon.3.9). ¡Cuánta esperanza
puede proveer un “quién sabe”! Tanto esfuerzo y tanta dedicación para un
resultado dudoso, en 40 días Nínive sería destruida, ¿se arrepentiría Dios de
su decreto?
B. Una de las
lecciones más importantes de la historia de Jonás es que si el hombre se
arrepiente de sus pecados, Dios se arrepiente de destruirlo, pero ellos no lo
sabía (Isa.55.7-9). Ningún pecado es tan grande que Dios no lo perdone
(asesinato, homicidio, violación, etc.).
C. Nosotros tenemos
una esperanza firme, por qué no cambiar ante la fidelidad de nuestro Dios para
darnos perdón, la promesa y el juramento nos proveen confianza (Hb.6.19;
1Jn.1.19).
Conclusión.
A. Nuestra vida es
mucho más generosa que la de los ninivitas, sin embargo nuestro corazón es
mucho más duro.
B. Que Dios sea
quien alumbro nuestros corazones y su espada la que nos juzgue.
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