¿“Todos los caminos
conducen a Roma”? ¿Importa qué religión practique? ¿Qué respondería Jesús? En
el tiempo de Jesús también hubo personas que pensaban de esta forma (Mateo
16:13, 14). A ellos no les importaba quién era Jesús. Si era un profeta o el
Mesías, lo importante era que predicaba a Dios. Pero Jesús quería que sus
discípulos reflexionaran (v.15). ¿Importa quién es él? ¿Importa qué iglesia
estableció?
El Rabí nos dejó la respuesta. “Sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Sí importa quién es él por es el
Mesías. Sí importa a qué iglesia asistimos porque estableció una sola iglesia.
Ninguna otra puede salvar al hombre.
¿Cómo saber cuál es la iglesia correcta?
Es muy sencillo. El Nuevo Testamento describe las características de la iglesia
que Cristo estableció. Ahí tenemos un modelo qué buscar.
Toda la Escritura es inspirada por Dios
¿Por qué limitarnos
a estudiar el Nuevo Testamento? Porque la Escritura es suficiente (2 Timoteo
3:16). La Biblia es el único libro autorizado por Dios para enseñar su Palabra.
No hay “otros testamentos”. No hay “nuevas revelaciones”. En la Biblia está
escrito lo suficiente para que creamos (Juan 20:30, 31).
Toda enseñanza debe basarse en la
Escritura. Por eso, todo predicador debe citar libro, capítulo y versículo. Nuestras
opiniones, innovaciones y razonamientos no son suficientes para establecer un
mandamiento. Para hacerlo existen tres formas autorizadas por Dios[1].
Mandamientos directos
Son las palabras
específicas que los apóstoles o Jesucristo mandaron a la iglesia, en cuantas y
tantas palabras. Por ejemplo:
1. El bautismo (Marcos 16:16). El bautismo es un
mandamiento directo, específico y claro. Pero los hombres pusieron palabras
donde no están escritas:
a.
“El que no creyere y fuere bautizado, será salvo”.
Los grupos religiosos que bautizan niños leen de esta manera.
b.
“El que creyere y no fuere bautizado, será salvo”. Muchos
predicadores falsos engañan a la gente asegurándoles que no es necesario el
bautismo para ser salvos. Para ellos basta levantar la mano, recitar una
oración, tocar la televisión. Pero eso no es lo que enseñó Jesús.
c.
“El que no creyere y no fuere bautizado, será salvo”. Los predicadores que enseñan la
salvación universal ignoran por completo el mandamiento del bautismo. Según
ellos todos los individuos, sin importar que crean o se bauticen, serán salvos.
d.
“El que creyere y
fuere bautizado, no será salvo”. Los que predican la perdición total del
hombre, la predestinación y la elección arbitraria de los que serán salvos.
2. La Cena del Señor (Mateo 26:26-29). Jesucristo fue específico
en cuanto a los elementos que deben usarse en la conmemoración de la Cena del
Señor: pan sin levadura y jugo de uva. No podemos cambiar este mandamiento
directo usando pastel y coca cola.
3. Con respecto al matrimonio (Mateo 19:9). Jesús
fue claro al enseñar que los matrimonios no deben separarse. La única excepción
a la regla es la infidelidad del cónyuge y se incluye en la frase: “salvo por
causa de fornicación”.
Cuando los santos hombres de Dios hablaron, siendo inspirados por Él,
no debemos quitar o añadir a los mandamientos del Señor. Eso es autoridad
bíblica.
Ejemplo apostólico aprobado
Este tipo de
autoridad bíblica se refiere a las cosas que los primeros cristianos hicieron y
que fueron aprobadas por Jesús o sus apóstoles. Por ejemplo:
1.
Establecer ancianos (Hechos 14:23). Dios
autorizó que Pablo y Bernabé establecieran ancianos en cada iglesia[2].
2.
Ofrendar cada domingo (1 Corintios 16:1,
2). Dios reveló el mandamiento de ofrendar. Así fue como los primeros
cristianos realizaron esta práctica con la aprobación de Dios. No leemos nada
con respecto al diezmo u otro tipo de ofrendas. Por medio del ejemplo de ellos también
podemos determinar la frecuencia: “cada primer día de la semana”.
3.
La disciplina en la
iglesia local (1
Corintios 5:1-5; Romanos 16:17). Algunos predicadores se oponen a la disciplina.
Ellos afirman que no se nos manda a practicarla porque no debemos juzgar a
nadie. Pero no podemos negar el hecho contundente de que los primeros
cristianos así lo hicieron. Además, Dios aprobó tal práctica.
4.
El salario de los
predicadores (Filipenses
4:15, 16). Hay hermanos que no están de acuerdo en pagar a un predicador. Pero
varios pasajes de la Biblia enseñan que ésta fue una práctica regular en las
iglesias del primer siglo.
Algunas prácticas de la iglesia primitiva
dejaron de realizarse porque más tarde fue revelado un nuevo mandamiento. Por
ejemplo: la venta de propiedades para suplir las necesidades de los santos
(Hechos 2:45) fue sustituida por las ofrendas.
La inferencia necesaria
Se refiere a la
conclusión única, lógica y verdadera a la que llegamos cuando estudiamos la
Escritura. Hay falsos predicadores que se oponen a la inferencia. Ellos
aseguran que ésta forma de autoridad es de origen humano. Pero tenemos ejemplos
bíblicos de hombres que usaron la inferencia:
1.
Pablo usó la
inferencia.
En Efesios 4:9 leemos un ejemplo de inferencia necesaria. Pablo infirió que Jesús
descendió a la tierra porque el Salmo 68:18 dice que subió. También leemos en
Hechos 16:10 que Pablo infirió, a través de una visión, que Dios lo llamaba a
predicar a Macedonia.
2.
Jacobo, hermano de
Jesús, también usó la inferencia (Hechos 15:12-19). A partir del relato de
Pedro y del pasaje de Amós 9:11, 12. Jacobo concluyó (juzgó) que la
circuncisión no debía imponerse a los gentiles.
3.
Jesús enseñaba por
medio de la inferencia. Cada vez que preguntaba: “¿no habéis leído?”. Cada vez
que enseñaba por medio de una parábola. Jesús esperaba que la gente aprendiera
por medio de la inferencia.
La inferencia es bíblica. Puede y debe usarse. Pero debe concordar con
el resto de la Escritura. Algunos ejemplos:
1.
No usar instrumentos
musicales en la adoración (Colosenses 3:16). Inferimos que debemos adorar usando solo
nuestros labios (Hebreos 13:15) porque ningún pasaje del Nuevo Testamento nos
manda tocar, ejecutar instrumentos, alabar a Dios con guitarras.
2.
Que la fe sola no
otorga salvación (Romanos
5:1). Hay quienes infieren que el bautismo no es necesario porque el hombre se
justifica solo por fe. Pero la fe implica obras (Santiago 2:14). Por lo tanto,
el bautismo está implícito en la fe.
3.
Tomar la Cena del
Señor cada domingo
(Hechos 20:7). Los movimientos religiosos que participan de la Cena Señor cada
mes o cada año no entienden éste pasaje. ¿Para qué se reunían los discípulos el
primer día de la semana? Para partir el pan. La Biblia no tiene que decir:
“reunidos los discípulos cada primer
día de la semana para partir el pan”. La ley tampoco decía: “acuérdate de cada día de reposo para santificarlo”
(Éxodo 20:8), pero los judíos entendían que debían guardar el sábado de cada
semana.
Si deseamos conocer la iglesia verdadera es necesario estudiar la
iglesia que la Biblia describe. Ese será el propósito de nuestras lecciones.
A lo largo de esta serie de estudios vamos a ir conociendo más de cerca
la historia de la iglesia de Cristo en sus primeros años. Tal como se describe
en la Biblia. La Escritura nos manda a conformarnos con lo que ella dice de la
iglesia (1 Corintios 4:6).
En nuestra siguiente lección vamos a
meditar acerca de su establecimiento…
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