(Cantares 2:3-7)
Introducción
A. Las
figuras en este pasaje:
a.
La Sulamita = la iglesia.
b.
Salomón = Cristo.
c.
El amor de la Sulamita = la adoración.
B. La
Sulamita devuelve el cumplido enalteciendo las virtudes de su amado. Al pensar
en él no puede hacer otra cosa más que admirarlo y desmayar.
C. Estos
pasajes nos enseñan que la adoración consiste en un sentimiento de admiración y
amor por el Señor.
1. Enaltece las cualidades de Dios
A. Como el manzano… el deseado… su fruto fue
dulce.
B. Con
estas frases la Sulamita realza las cualidades de Salomón. Ella es un lirio del
campo, pero su amado es un manzano superior a cualquier árbol del campo.
C. Nuestra
adoración debe enaltecer a Dios (Salmo 18:46). Debemos alabar las cualidades de
Cristo porque él es el árbol de vida (Juan 15:1-5).
2. Se deleita en la obra de Dios
A. Bajo la sombra del deseado me senté, y su
fruto fue dulce a mi paladar.
B. La
Sulamita quiere postrarse a los pies de Salomón. Disfruta estar bajo su sombra
y disfruta cualquier cosa que él le da.
C. Nuestra
adoración debe consistir en sentarnos alrededor de Jesús para escucharle (Lucas
10:39). Hay gozo y placer bajo la sombra de Dios (Salmo 91:1).
3. Se caracteriza por el amor de Dios
A. Su bandera sobre mí fue amor.
B. El
rey Salomón la ha conquistado. La bandera de victoria tiene por insignia el
amor. Ahora va prisionera a la sala del banquete.
C. Nuestra
adoración debe caracterizarse por amor. Una adoración si amor de nada sirve (1
Corintios 13).
4. Se rinde ante Dios
A. Sustentadme… Confortadme… estoy enferma de
amor… me abrace.
B. La
Sulamita se desmaya de amor. Lo ama tanto que sin él puede morir.
C. Nuestra
adoración debe mostrar que nos rendimos ante el Señor (Apocalipsis 1:7).
5. Espera el regreso de Dios
A. Yo os conjuro… no despertéis… hasta que
quiera.
B. La
Sulamita hace prometer a las doncellas que no despertarán a Salomón hasta que
él quiera.
C. Los
cristianos esperan con la misma paciencia la venida del Señor (2 Pedro 3:9).
Conclusión
A. Una
adoración movida por el amor será aceptada por Dios.
B. Un
cristiano que ama a Dios no podrá dejar de adorarlo.
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