Introducción
A.
La Biblia
describe muchas batallas entre el pueblo de Dios y los gigantes. Ellos siempre
fueron derrotados.
B.
La batalla de
cristiano ahora es espiritual. Por lo tanto, los gigantes son espirituales. Son
enemigos del pueblo de Dios a quienes es necesario derrotar. Pero cómo hacerlo,
qué estrategias debemos usar para vencerlos, qué precauciones debemos tomar.
1. Situaciones que nos desaniman
A.
Los
exploradores de Moisés reportaron el avistamiento de gigantes (Números
13:27-33).
B.
En la vida o
en la iglesia se pueden presentar situaciones que nos hacen pensar en volver atrás.
El diablo sabe poner el desánimo en nuestro corazón. Pero necesitamos recordar
de dónde viene nuestra fortaleza (Números 14:7-9; Salmo 27:1-3; Romanos 8:31).
2. Grandes problemas que no podemos
resolver
A.
Goliat era un
gigante de casi 3 metros que atemorizó al ejército judío (1 Samuel 17:4-9).
B.
Muchas veces
vamos a enfrentar problemas que parecen imposibles de resolver. Pero debemos
mantener nuestra distancia (v. 40), confiar en Dios (v. 45-47) porque a veces
la solución es muy simple (v. 48-50; Santiago 5:16).
3. Compromisos que nos tienen bien
agarrados
A.
Hubo un gigante
con 24 dedos que desafió al pueblo (2 Samuel 21:20, 22).
B.
¿Quién podría
escapar de ese gigante? Muchas veces nosotros solo nos ponemos en las manos del
enemigo. Nos dejamos atrapar. Pero debemos estar decididos a matar todo lo que
se interponga en nosotros y la iglesia (Proverbios 6:1-3; 1 Corintios 7:21-23).
Conclusión
A.
No hay rival
más grande que Dios.
B.
Para derrotar
a nuestros gigantes debemos confiar en Dios.
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