(Hb.11.22)
-26 sep. 09-
Introducción.
A. Probablemente ha escuchado a alguien decir
la frase “de hueso colorado”. De la misma manera fue José. Un hombre de fe
hasta los huesos.
B. Es muy atractivo el mandamiento de José
respecto a sus huesos. A través de ese mandamiento, podemos ver la fe de José.
I.- Un hombre que confía en Dios.
A. El mandamiento de José fue que llevaran
sus huesos a la tierra prometida (Gen.50.24). Él estaba seguro de que Dios
llevaría a los judíos a la tierra prometida aunque él muriera antes de ver
cumplida la promesa.
B. Esa es la fe, creer en las promesas de
Dios aunque no estemos vivos para ver su cumplimiento (2Ped.3.9). Creer en Él
aunque no veamos evidencia lógica de su promesa (Hb.11.1; Lc.5.5). Abraham iba
a sacrificar a su hijo Isaac, creyendo en la promesa de Dios.
C. El hombre de fe, sabe que Dios cumple su
palabra. Sobre la salvación, sobre el infierno, sobre la santidad, sobre el
pecado, sobre cada aspecto de la vida.
II.- Un hombre contento con Dios.
A. Con cuánta fe, José, aceptó su muerte
sabiendo que la promesa de Dios y sus propósitos seguirían (Gen.50.24). A pesar
de que la vida terminaba para él, su fe aún seguía.
B. Un hombre de fe está contento con la
voluntad de Dios, aunque las cosas no vayan bien (Job.2.10). Un hombre de fe,
acepta lo que viene de parte de Dios sabiendo que el que teme a Dios recibirá
bendiciones (Ecl.8.12). En la cultura japonesa, algunas personas, estando en
vida, compran stupas o piedras que usan como símbolos funerarios para el día de
su muerte.
C. Tener fe es aceptar la voluntad de Dios,
aunque a veces implique sufrimiento. En la enfermedad, en la angustia, en la
pobreza, en el desánimo, en los problemas.
III.- Su fe le trajo ganancia.
A. Fue cumplido el mandamiento sobre los
huesos de Josué (Jos.24.32). Y ese cumplimiento les dio herencia y parte en
esta tierra a sus hijos.
B. La fe trae consigo ganancia, fe es
victoria (1Jn.5.24). Fe es ganarse la entrada a la mansión de Dios (Jn.14.1,
2). Con fe, no solo somos ganadores, sino que somos más que vencedores
(Rom.8.37).
Conclusión.
A. Dios quiere hombres llenos de fe. Que
confíen plenamente en su palabra, en sus propósitos.
B. Hombres de fe como José, hasta los huesos.
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