domingo, 17 de junio de 2018

COSAS QUE EL CRISTIANO NO PUEDE HACER



Introducción 
A. Los cristianos gozamos de la ayuda y el cuidado de Dios. Hemos sido exaltados delante de nuestro Señor (1 Pedro 2:9).
B. Pero también tenemos limitaciones que los primeros cristianos no tuvieron. 

1. Hacer milagros 
A. No podemos hacer milagros porque ya no hay apóstoles que puedan transmitir los dones milagrosos (Hechos 8:13-18).
B. No podemos hacer milagros porque estos terminarían con la llegada de la revelación perfecta del evangelio (1 Corintos 13:8-10). Y lo perfecto fue revelado (Judas 1:3).

2. Echar fuera demonios 
A. No podemos echar fuera demonios porque esto formaba parte de los dones milagrosos (Marcos 16:17-18).
B. No podemos echar fuera demonios porque la venida de Cristo limitó el poder del espíritu de inmundicia (Zacarías 13:1-6). Durante el periodo de dones milagrosos, echar fuera demonios, tenía el propósito de mostrar la gloria de Dios (Mateo 9:33). Pero hoy tenemos la Escritura para creer (Juan 20:30-31).

3. Hablar lenguas angelicales 
A. No podemos hablar milagrosamente en lenguas porque también pertenecieron a los dones milagrosos (1 Corintos 12:8-10). Por lo tanto, tampoco tenemos esa capacidad.
B. No podemos hablar lenguas angelicales porque son inefables (no se puede expresar, 2 Corintos 12:4).
C. No podemos hablar lenguas angelicales porque Dios no las da a los hombres (1 Corintos 12:4). Ni siquiera el apóstol Pablo podía hablarlas (1 Corintos 13:1).

4. Recibir nuevas revelaciones 
A. No podemos recibir nuevas revelaciones porque también pertenecían a los dones milagrosos. Se le llamó don de ciencia y don de profecía (1 Corintos 14:6).
B. No podemos recibir nuevas revelaciones porque todo el evangelio ya fue revelado (Judas 1:3). Decir que podemos tener nuevas revelaciones equivale a afirmar que el evangelio es imperfecto, incompleto y carente de toda la verdad.

Conclusión 
A. Es verdad que ya no tenemos esas grandes bendiciones, pero no es motivo para desalentarnos. 
B. Gozamos de toda la verdad, del cuidado de Dios, de la iglesia que Cristo edificó y de plan de Dios para salvar al hombre.

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