(Cantares 2:1-2)
Introducción
A. Las
figuras en este pasaje:
a.
Salomón = Cristo.
b.
Sulamita = la humanidad.
c.
La rosa de Sarón, el lirio de los valles = la
condición humana.
B. Esta
parte del Cantar nos enseña que…
a.
Jesús es Dios.
b.
Dios está a nuestro alcance.
c.
Dios nos ama.
C. Hay
controversia entre los comentaristas sobre quién habla en Cantares 2:1: ¿la Sulamita o Salomón? Para esta lección, vamos a
interpretarlo como parte del diálogo de Salomón que se extiende hasta el verso
2.
1. Tomó la forma del hombre
A. Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los
valles.
B. Es
probable que la rosa sea la flor del azafrán o el narciso. El lirio era una
planta silvestre muy común que crecía a lo largo de los valles. El Yo soy nos
remite a Jehová (cf. Éxodo 3:14). Debemos creer que Jesús también es el Yo soy
(Juan 8:24).
C. El
Yo soy tomó una forma común. Se despojó de su gloria para adoptar la fragilidad
de los hombres (Filipenses 2:6-7). En Jesús habitó corporalmente la plenitud de
la Deidad (Filipenses 2:9).
2. Padeció las aflicciones de los hombres
A. Como el lirio entre las espinas.
B. Ahora
Salomón compara a su amada a un lirio que brota entre las espinas. En un campo
silvestre es común que crezcan flores y espinas juntas. Salomón sabía esto
cuando primero se comparó con el lirio.
C. Los
hombres crecen entre espinas que lo afligen. Las espinas representan las
aflicciones materiales (Mateo 13:22). Jesús puede compadecerse de nosotros
porque padeció las mismas aflicciones que cualquiera de los hombres (Hebreos
4:15). Pero él mismo enseñó que los hombres no deben afligirse por lo material
(Mateo 6:28-29).
3. Dejó ejemplo para todos los hombres
A. Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los
valles.
B. Salomón
se presenta como modelo entre las rosas, como modelo entre los lirios. No dijo:
soy una rosa, soy uno de los lirios.
C. Jesús
no fue uno entre tantos hombres (Mateo 16:13-14). No fue uno entre tantos
maestros (Mateo 23:8). Él es El Hijo del Hombre. Es el modelo que los hombres
debemos imitar (1 Pedro 2:21; 1 Corintios 11:1).
Conclusión
A. Tenemos
un Dios que vivió entre nosotros (Juan 1:1, 14).
B. Tenemos
un Dios que conoce nuestras necesidades.
C. Tenemos
un Dios que nos enseña a vivir en este mundo.
D. Tenemos
un Dios que podemos encontrar (Hechos 17:27-28).
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