(2 Samuel 22:2; Filipenses 4:13)
Introducción
A. Estos pasajes nos enseñan dos cosas:
a. Que Dios nos fortalecerá siempre.
b. Que Jehová y Cristo son uno en propósito.
B. Pero, ¿de qué manera nos fortalece?
1. Nos fortalece cuando le damos nuestro esfuerzo
A. Esto aparenta ser paradójico, pero si le damos nuestra fuerza a Dios, entonces él nos fortalecerá de vuelta (Mateo 25:20, 26-29).B. Al entregar nuestra fuerza a Dios, no la echamos en saco roto, sino que Dios la multiplica de muchas maneras (Romanos 8:28).
2. Nos fortalece cuando dejamos todo en sus manos
A. Tenemos que aprender a confiar realmente en Dios. Esto significa rendirnos a sus pies en los momentos de tribulación (Mateo 14:29-31).B. Dejar la última decisión a Dios siempre traerá bendiciones.
3. Nos fortalece aún en el último momento
A. Cuando todo parece acabado, Dios nos da un último empujón (Jueces 16:26-29).B. Él es nuestro último respiro, nuestro último descanso, nuestra salvación final.
Conclusión
A. ¿No le gustaría disfrutar de la fortaleza de Dios?B. ¡Ríndase hoy a los pies del Señor y dele su obediencia!
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