"Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" -Mateo 23:8-

martes, 11 de febrero de 2014

EN BUSCA DE UNA PAREJA


Introducción.
   El noviazgo, durante la­ juventud, cumple diversos propósitos que pueden ayudar al desarrollo y crecimiento psicológico y personal.
   La confrontación con otro individuo, sus creencias, costumbres, ideales, etc.; ayudan a confirmar la propia valía y seguridad.
   La experiencia de sentirse aceptado, comprendido y acogido, ayudarán al individuo a aceptarse a sí mismo.
   Hacia el final de la adolescencia, la búsqueda de una pareja, tiene un propósito más estructurado y un objetivo más serio. Muchos postergarán el compromiso. Aquel individuo que ha superado su desarrollo personal, logrará vincularse afectivamente de manera más sana.

   Con éste pensamiento consideremos la historia de Jacob y Raquel.
   ¿Qué aprenderemos de ellos?

Tener cuidado con la impulsividad.
   Ellos nunca se habían visto, no se conocían y, en el primer momento, se besaron (Gen. 29:10-12).
   Más tarde, la falta de control de impulsos, puede convertirse en promiscuidad.

Debe haber un amor genuino.
   Las dificultades, distancias, obstáculos, proyectos, etc.; que se interpongan entre el noviazgo y el momento de compartir la vida juntos, puede ser una espera ligera y rápida si hay amor (Gen. 29:20). En siete años hay grandes cambios, envejecimiento, cambio de planes, objetivos, metas, nuevos proyectos, etc. El amor genuino se adaptará a los nuevos cambios.
Debe evitarse el chantaje.
   El chantaje, celos, egoísmo, envidia, etc. Tienen que ver con un sentimiento de narcisismo y con problemas de identificación con el progenitor del mismo sexo. Si esto se presenta, no es una buena señal (Gen. 30:1).
   En ésta misma categoría podemos clasificar a los individuos que “prostituyen” a sus parejas, “si me das lo que quiero, te doy lo que pides” (v.14-16).

Busque alguien que ame a Dios.
   Si no tiene amor, por Dios y por su iglesia, habrá problemas (Gen. 31:19).
   Una persona que no ama a Dios, probablemente le mentirá (v.26-35).

Conclusión.
   Antes de elegir una pareja, piense:
¿Cuál es su propósito?
¿Esa persona le ayuda en su crecimiento?
¿Le ayuda a llegar al cielo?
¿Se respetan?


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