"Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" -Mateo 23:8-

martes, 11 de febrero de 2014

LAS RELACIONES SEXUALES EN EL MATRIMONIO

INTRODUCCIÓN.
   Mucho se ha hablado acerca de las relaciones sexuales fuera del matrimonio, la fornicación. Sin embargo, hemos dejado de poner nuestra atención en la actividad sexual conyugal saludable,  y la verdad es que muchos matrimonios tienen serias dificultades en ese sentido. Muchos matrimonios no aceptan abiertamente sus dificultas, especialmente los varones. Por ello es importante abordar éste tema y traerlo al campo del matrimonio, finalmente, el hombre y la mujer que viven en matrimonio, no viven como “hermanitos”.
   Una de las primeras cosas que es necesario esclarecer, es la forma en que concebimos la actividad sexual. La biblia la define como:
   “El deber conyugal” (1 CORINTIOS 7:3; ÉXODO 21:10). ¿Qué significa? La palabra deber, como muchas otras, tiene múltiples acepciones, la primera que se nos viene a la mente es, obligación; como algo impuesto, algo que hay que hacer. ¿Nos sentimos obligados a tener relaciones sexuales? Sin embargo, la palabra griega para deber, en éste versículo, es OFEILE, que significa, “lo que se debe”, “deuda” (MATEO 18:32) (Vine). Es decir, las relaciones sexuales son lo que se le debe al conyugue.

   Otra aclaración importante es que, la actividad sexual es y debe ser placentera. Muchos matrimonios no tienen una vida sexual satisfactoria, debido a una serie de sentimientos, miedos, culpas y traumas inconscientes vinculados al  sexo, que les impiden disfrutar plenamente de su sexualidad.
   En algún tiempo, la iglesia católica, intentó mantener control sobre la actividad sexual de sus seguidores, incluso estableciendo una posición sexual reglamentaria, “el misionero”. A pesar de las malas interpretaciones que se han hecho, la Biblia dice que la relación sexual es satisfactoria, (DEUTERONOMIO 24:15) Alegrar a la mujer, (PROVERBIOS 5:18, 19) caricias, del Heb. Dad, pechos.

   Aunque los matrimonios no puedan resolver su problemática sexual por sí solos, síes importante que puedan identificarla. Consideremos algunas manifestaciones de la problemática sexual en el matrimonio.

1. LA AUSENCIA.
   Cuando no hay actividad sexual en el matrimonio, podemos considerarlo como un indicador de problemas. En términos Bíblicos, hay tres condiciones para que los matrimonios se abstengan de tener relaciones sexuales, (1 CORINTIOS 7:5) 1) debe ser por un poco de tiempo, 2) ambos deben estar de acuerdo, 3) deben ocuparse en la oración.
   Muchos matrimonios se abstienen de actividad sexual cuando tienen problemas, en realidad es más probable que resuelvan sus problemas de pareja después de una buena relación sexual, es algo en lo que hay que cooperar, y con mucho entusiasmo.
   La ausencia de actividad sexual indica dificultades, precisamente porque es un acto en que dos personas que se aman y se respetan, comparten el más alto grado de intimidad. Es la manera de visualizarse en una postura correspondiente al género sexual, en el rol de hombre, mujer; más tarde en el rol de padre y madre. En las mujeres, la vinculación entre actividad sexual-maternidad, es mucho más estrecha que su semejante en los varones, si una mujer tiene dificultades para asumirse o no, como madre, tendrá problemas en su actividad sexual. La llamada “frigidez”, si no existe un problema orgánico, es 100% debida a varios conflictos neuróticos.

2. LA VIOLACIÓN.
   Cuando uno de los conyugues no desea tener actividad sexual y el otro abusa, fuerza u obliga, es violación. En la actividad sexual, no tendría porqué haber violencia ni uso de fuerza, cosas como el  sadismo o masoquismo son problemas muy graves en el individuo. Solamente un versículo (COLOSENSES 3:19).

3. LAS PERVERSIONES.
   Hay que tener mucho cuidado con las actividades sexuales, hay una serie de perversiones que se pueden presentar. Si hay abuelos viviendo en casa de los hijos, primos, tíos, etc., hay riesgo de abuso, aún las personas honorables pueden volverse pervertidos, porque la necesidad de placer nunca se termina.
   También hay actividades sexuales pervertidas, como el sadismo, masoquismo, exhibicionismo, fetichismo, etc. Una perversión se caracteriza por: 1) un objeto prohibido, 2) un objeto fragmentado.
   En levíticos, algunas perversiones se abordan, por ejemplo (LEVÍTICOS 18:23; 20:16). Recuerde que la Biblia no es un manual de diagnóstico de perversiones.

4. LA PROSTITUCIÓN.
   Cuando uno de los conyugues está dispuesto a mantener relaciones sexuales, solamente si se le da el dinero de la semana, se le trae un regalo a casa, se le preparó la comida favorita, es prostitución. Por otro lado, si el otro conyugue, le hace “pagos” a su pareja para tener relaciones sexuales, la está prostituyendo. Dios habló de un matrimonio honroso, un lecho sin mancilla (HEBREOS 13:4); la palabra lecho significa cama, en griego es la palabra KOITO, que significa cohabitar, por implante del esperma del hombre, concebir, lecho, lujuria (Strong).

CONCLUSIÓN.

  Dios es sabio y sabe por qué diseño nuestro cuerpo como lo hizo. Ha puesto una red de nervios sensibles desde la punta de los pies hasta la cabeza, seguramente son para disfrutarlos.
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