(Apc.3.20) -14 ago. 08-
Introducción.
A. Es muy bonita la
expresión de Cristo para los cristianos en Laodicea, y sin duda es Señor
esperaba animarlos para salvación.
B. Aunque esas
palabras fueron específicas para aquellos hermanos, nosotros también podemos
aprender.
I.- Uno que tiene
interés.
A. Quién es aquel
que llama a una puerta sin tener ningún interés. Cristo está interesado en
nosotros, Dios se preocupa por su creación (1Tim.2.4).
B. Está dispuesto a
esperar. Dios nos llama, una y otra vez, con tanta paciencia (2Ped.3.9). Esperando
a ser escuchado, dispuesto a esperar.
C. Cristo nos ha
demostrado que ama a sus hijos, les llama, les invita, Cristo está llamando con
voz de amonestación, de exhortación, de esperanza, porque nos ama (Apc.3.19).
Como los padres cuando advierten a sus hijos del peligro.
II.- Uno que puede
aliviarnos.
A. Los cristianos en
Laodicea estaban heridos, estaban ciegos, la vanidad y el pecado los había
corrompido, y Cristo en su gran amor los llama, porque puede salvarlos. El
llamado de Dios es útil.
B. Cristo nos invita
a buscar el alivio (Mt.11.28). Nos promete descanso, tranquilidad, quitarnos la
carga del pecado (Hb.12.1).
C. La solución que
Cristo nos ofrece es pacífica y prometedora (Isa.1.18). Nada en el mundo puede
ayudarnos de la manera en Dios lo hace.
III.- Uno que debemos
aceptar.
A. Abrir o cerrar la
puerta es opcional, pero lo que debemos hacer, es abrir las puertas a Cristo.
Abramos la entrada del corazón a él, nos interesa, nos conviene.
B. No cierre su
corazón (Hb.3.13). No se deje engañar por el maligno. Si Dios nos promete ayuda
y bendición, no debemos querer que se vaya.
C. El Señor se irá
si no le aceptamos (Isa.55.6). Hoy está cerca de los que le invocan, de los que
le buscan, de quienes anhelan recibirlo (Sal.145.18). Que no se vaya, porque no
será bueno (Hb.12.25).
Conclusión.
A. Quien le visita
en casa con buenas intenciones, es alguien bien recibido. Pero quien le visita
en su corazón para ayudarle debe ocuparlo todo.
B. Dios ahora nos
está buscando, y nosotros ¿lo estamos buscando?
C. Deje que Cristo
penetre en su corazón y que le de la paz y confianza, y esa comunión que nos ha
prometido, deje que Cristo entre y cene con usted.
“Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman
a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón
porque no le conocen”. [Blaise Pascal].
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