"Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" -Mateo 23:8-

domingo, 8 de febrero de 2015

ANA Y MÍA

 -01 dic. 08-
Introducción.
  A. Ana y Mía son nombres que representan dos diferentes tipos de trastornos alimenticios.
  B. Ana representa la anorexia y Mía a la bulimia.
  C. El propósito de esta clase es advertir sobre estos problemas.

I. ¿A qué se debe y cómo se detectan?
  A. Ambas enfermedades son debidas a lo que se llama trastornos del esquema corporal. Que no es otra cosa que una falsa imagen del cuerpo, el paciente se ve gordo, despreciable, señala defectos en su persona, aun cuando no seas así.
  B. Detección de la anorexia. De acuerdo al DSM-4.
    1. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).
    2. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
    3. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
    4. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración de estrógenos.)
  C. Detección de la bulimia. De acuerdo al DSM-4.
    1. Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:
      A. Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias.
      B. sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo).
    2. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
    3. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.
    4. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.

II.- ¿Qué dice la biblia?
  A. Los cristianos jóvenes deben tener cuidado sobre este tipo de situaciones. Uno conoce su vida, Dios le ha dado la oportunidad de decir “es mi vida”, pero no siempre se tiene bajo control (Ecl.11.9).
  B. Autoestima. Estos trastornos nos hablan de una baja autoestima. El cristiano no debería caer en este problema porque Dios nos ha dado razones por las cuales sentirnos orgullosos. Somos reyes y sacerdotes (1Ped.2.9). Somos hijos de Dios (1Jn.3.1). Somos creación de Dios (Hb.2.6-8).
  C. Aceptación. Muchas veces el no aceptarnos tal cual somos nos lleva a estos problemas. Usamos términos inadecuados, “soy ridículamente feo”, “estoy exageradamente gorda”. Es importante conocer nuestros defectos pero aceptarlo porque así somos, “soy feo”, “soy gorda”, “soy enojón”, etc. Dios nos ha creado a su parecer, y debemos aceptarnos así (Efe.2.10). Darnos cuenta de cuáles son nuestras desventajas nos ayuda a superarlas, “soy chaparro, me gustaría ser alto, pero no es posible”, “soy gorda, quiero ser delgada, puedo hacer una dieta balanceada”.
  D. Cuidado de la salud. Muchas veces pensamos que Dios no se ocupa de la condición de nuestro cuerpo, pero antes de atentar contra su cuerpo recuerde que cada uno de sus miembros le pertenece a Dios (Rom.6.13). Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1Co.6.19). Atentar contra el cuerpo es un pecado, pues es atentar contra lo que Dios nos ha dado, es muy diferente el desgaste normal del cuerpo, el cual sabemos que se acabará (2Co.5.1).

III.- ¿Cómo superar a Ana y Mía?
  A. Si “eres Ana o Mía” o si has pensado en “serlo”, necesitas darte cuenta de la falsedad de ese mundo, ser Ana o Mía no te hacer ser una princesa o un príncipe, pues delante de Dios ya lo eres. Cada consejo para adelgazar que proviene de estos trastornos, solamente provocará problemas que pueden llegar a ser irreversibles.
  B. Atención profesional. Ana y Mía son enfermedades que requieren tratamiento especializado, por ello se requiere acudir a profesionales para superar estos problemas.
  C. Busca a Dios. Psicólogos como Alfred Adler, Victor Frank, William James, concuerdan en que el hombre necesita un contacto con “un dios”, y cuando ese contacto se pierde el ser humano cae en diferentes problemas (depresión, angustia, desesperanza, excesos, etc.), nosotros podemos conocer al Dios verdadero (Hc.17.28, 29). Si no es un cristiano acérquese a nosotros y con gusto le orientaremos.

Conclusión.
  A. El mundo trata de engañarnos, creando cosas que solo nos llevan a la destrucción. Pero ese es un trabajo del diablo quien no quiere que el hombre se salve (2Co.4.4).
  B. Busquemos a Dios, él es nuestro refugio de cada día (Sal.90.1), él es el amigo con quien podemos confiar de tiempo completo (Jn.15.14, 15).

Nota: Mire algunos sitios que promueven dichas prácticas:
    1. http://anaymiasiempre.blogspot.com/ Bienvenidas princesas.
Mire algunas páginas que revelan lo falso de Ana y Mía:

    1. http://www.anaymia.com/ Ana y Mía: un mundo falso.
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