[…] hasta que todos lleguemos a la unidad de
la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre
maduro […] (Efesios 4:13).
INTRODUCCIÓN
A.
EFESIOS se divide en dos temas:
doctrina (1-3) y práctica (4-6).
B.
Es
posible tener “la doctrina”, pero ¿cómo se debe andar?
C.
Efesios 4:13-22 enfatiza las cosas que
se deben hacer y las que NO se deben hacer.
No
como niños (v. 14)
A. No es
malo tener las cualidades de un niño (Mt. 18:3).
B. Pero
sí sus defectos:
a.
Llevados por distintas doctrinas.
b.
Llevados por la influencia de ciertos
hombres (1 Rey. 13).
c. Dejando
que otro haga el trabajo (1 Co. 12:14-27).
No
como los gentiles (v. 17)
A.
Los “gentiles” son los incrédulos. No
debemos desear sus actividades (Pro. 24:1).
B.
No debemos hacer lo que ellos hacen:
a. Vanidad
= ματαιότης = vaciedad, inutilidad, superficialidad (1 Jn. 2:16, 17).
b. Entenebrecidos
= σκοτίζω = cegados (Rom. 1:21-23).
c. Ajenos
a la vida de Dios. No involucrados.
d. Por
ignorancia. Resultado de no involucrarse.
e. Por la
dureza de corazón. Resultado del pecado (Heb. 3:13).
f. Entregados
a la lascivia = ἀσέλγεια = desenfreno, indecencia.
No
como el viejo hombre
A.
La medida de Cristo requiere: no
demasiada juventud ni demasiada vejez. El “viejo (παλαιον = larga duración)
hombre” incluye todo el tiempo que vivimos en incredulidad.
B.
Tiene muchos vicios, conductas que
corrompen:
a. Mentira.
b. Ira.
c. Robo.
d. Palabras
corrompidas: enojo, ira, gritería y maledicencia.
e. Malicia.
CONCLUSIÓN
A.
Podemos tener la verdad, pero ¿andamos
conforme a la verdad?
B.
“¿Mira el mundo a Cristo en ti?
C.
¿Alabamos a Dios con nuestra conducta,
actitud, vestimenta, palabra?
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