(Num.21.5) - 09 ago. 07 -
Introducción.
A. Los judíos dijeron esta
frase, para hablar del pan que Dios les había dado, el pan del cielo, el maná
(Jn.6.31), un pan tan importante, que nos habla de una de las tentaciones de
Jesús (Deut.8.3).
B. Sin embargo, este tan
maravilloso pan, llegó a ser fastidio a los judíos. Un fastidio no solamente
corporal, sino que aun anímico (Num.11.6).
C. Que juicios tan duros los de
los judíos; su alma estaba seca.
I.- Por ser tan liviano.
A. Los judíos se hartaron del
maná porque era demasiado liviano para sus organismos (Ex.16.31). Similar del
cereal que para muchos no es un buen desayuno.
B. Mucha gente hoy en día no
quiere la palabra de Dios porque es demasiado liviana para sus almas, muchos
quieren ver cosas extraordinarias, sanidades, poder, gritos, etc., (2Rey.5.11).
C. La palabra de Dios no
trabaja de esa manera, sino que es clara, sencilla, para creer (Jn.20.31).
II.- Porque era siempre lo
mismo.
A. Los judíos se hartaron del
maná (Ex.16.35). No probaron comida diferente en toda una vida, quizá muchos
nacieron y crecieron con el maná, muchos murieron sin probar algo diferente al
maná, no habían antojos para los judíos.
B. Muchos se han cansado de oír
las mismas palabras, las mismas lecciones de los hermanos, quieren oír algo
nuevo (Hc.17.21). No se conforman con la palabra de Dios (1Tim.6.3, 4).
C. La palabra de Dios tiene
aproximadamente 4 mil años de que se empezó a escribir, y como 1 900 años de
que se reveló en su totalidad, y no ha cambiado en nada (1Ped.1.10, 11).
III.- Porque implicaba una
dieta.
A. Los judíos se fastidiaron
del maná, porque éste implicaba una dieta, que muchos no estaban dispuestos a
guardar (Num.11.5). Llegó a tal extremo sus deseos de probar algo diferente,
que esa ocasión murieron comiendo carne (v.31-34) y cuando comieron del fruto
de la tierra, Dios no les volvió a dar del maná nunca
del maná (Js.5.9-12).
B. Servir a Dios implica una
dieta espiritual (Rom.12.1, 2). Cuidado si insiste en seguir practicando sus
malos hábitos, no sea que Dios lo destruya en pleno acto de pecado, o que nunca
le de la oportunidad de arrepentimiento (2Tim.2.25).
C. No se oponga a la palabra,
acéptela como es.
Conclusión.
A. Disfrutemos del pan de Dios,
de su palabra, nutrámonos con su sabiduría.
B. Qué gran bendición es tener
su palabra, nunca mire las lecciones de Dios como un fastidio de su alma, no
vea esto como un compromiso, o como su única opción.
C. Cuando no está conforme ni
disfrutando de la palabra de Dios, es algo que se puede ver, cuídese de amar a
Dios y lo que él le da, principalmente de su palabra.
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