(1 Corintios 12:14)
Introducción
A.
“Además, el cuerpo no es un
solo miembro, sino muchos.”
B.
La analogía de la iglesia
como el cuerpo de Cristo es de inspiración divina.
C.
Hay muchas cosas que
podemos aprender de ella. En esta lección vamos a meditar en los deberes que
tenemos entre los miembros.
1. Debemos respetarnos
A.
“Si dijere el pie: Porque
no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?” (v. 15).
B.
Algunos miembros
menosprecian a los demás. Esta actitud destruye a la iglesia (Gálatas 5:15).
C.
Los cristianos tenemos una
deuda de respeto con nuestros hermanos (Romanos 13:7, 8).
2. Debemos ayudarnos
A.
“Ni el ojo puede decir a la
mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de
vosotros.” (v. 21).
B.
Algunos miembros no quieren
ayuda. Otros no quieren ayudar.
C.
Los cristianos debemos
ayudarnos con nuestras cargas de vida (Gálatas 6:2).
3. Debemos preocuparnos
A.
“para que no haya
desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos
por los otros.” (v. 25).
B.
Algunos miembros no se
preocupan por las necesidades de sus hermanos. No oran por ellos. No los
visitan. No tienen interés en sus almas.
C.
Los cristianos debemos
actuar ante las necesidades de nuestros hermanos (Santiago 2:15, 16).
4. Debemos compartir
A.
“De manera que si un
miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe
honra, todos los miembros con él se gozan.” (v. 26).
B.
A veces hay envidias entre
la hermandad. Otras veces hay egoísmo.
C.
Los cristianos debemos
compartir nuestros éxitos y derrotas (Hebreos 13:3; 1 Pedro 3:8).
Conclusión
A.
“Vosotros, pues, sois el
cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” (v. 27).
B.
Los miembros del cuerpo de
Cristo debemos aprender a convivir como un solo cuerpo.
C.
Cuando tengamos un mismo
sentir, seremos capaces de hacer grandes obras.
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