El sermón es un discurso, las obras escritas son una forma
de discurso. Una buena redacción puede ser una herramienta muy útil para la
transmisión del evangelio. En este tratado no pretendo explicar el proceso de
redacción de un texto, pero sí quiero mencionar algunas sugerencias generales,
que pueden ayudar a mejorar en esta actividad.
Redactar es un
proceso por el cual ponemos por escrito nuestros pensamientos. El estilo de
cada predicador es diferente. Depende de sus rasgos de personalidad, su forma
de visualizar las cosas, su experiencia de vida, etcétera.
Ya que está
íntimamente ligada con la lectura, es absolutamente necesario que el predicador
sea una persona habituada a leer.
En mi experiencia como docente universitario, he podido
constatar que hay una gran cantidad de jóvenes que cometen horrores
ortográficos. Quiero mencionar algunos ejemplos de los errores más aberrantes
con los que he tropezado: acecinar (asesinar), imnosis (hipnosis), aiga (haya).
1. Uso adecuado
de los acentos.
a. Palabras
agudas. Cuya sílaba tónica (la sílaba que suena más fuerte) se encuentra al
final y terminan en “n”, “s” o vocal, se acentúan: canción, cantarás,
nació.
b. Palabras
graves. Cuya sílaba tónica se encuentra en la penúltima sílaba y no terminan en
“n”, “s” o vocal, se acentúan: cárcel, lápiz, fácil, hábil.
c. Palabras
esdrújulas. Cuya sílaba tónica se encuentra en la antepenúltima sílaba y siempre
se acentúan: esdrújula, intérprete, lágrima.
d. Palabras
sobreesdrújulas. Cuya sílaba tónica se encuentra en la sílaba anterior a la
antepenúltima, siempre se acentúan: cómetelo, corrígemelo, democráticamente,
hábilmente.
2. Palabras
homónimas: suenan igual, pero se escriben y significan diferente. Unos ejemplos:
a. Halla,
haya: no existe aigar, halla viene
del verbo hallar: el que busca halla. Haya viene del verbo haber: Ojalá que
haya tiempo.
b. Hay, ay: el
primero viene del verbo haber: el lunes hay tiempo. Ay es una exclamación de
dolor.
c. A ver,
haber: la primera forma se usa cuando hablamos de mirar o ver: a continuación
vamos a ver. Haber se usa para denotar existencia, acción en el tiempo: haber
encontrado; no sabemos si habrá tiempo.
3. Palabras que
usan combinaciones:
a. Después de
la letra “m” siempre se escribe “b” o “p”: cambio, combo, campo,
comprar.
b. Después de
la letra “n” siempre se escribe “v” o “f”: convicción, convertir,
confiar, enfriar.
Seguro que hay
muchas otras consideraciones de ortografía, pero estas son algunas que a mí me
parecen prácticas y muy útiles. De cualquier forma, si escribe en computadora
le sugiero dos cosas:
1. Imprima su
escrito para revisarlo. Y después corrija los errores y vuelva a imprimir.
2. Cuando haya
terminado de escribir, presione en su teclado la tecla “f7”, eso activa una
función para corregir ortografía automáticamente.
Este es un punto sumamente amplio y abarca muchos aspectos,
mi sugerencia es que, al escribir un sermón, piense en algunas cosas:
1. Que cualquiera
que lea su sermón pueda entender lo que quiere decir. Desde los hermanos que
apenas saben leer, hasta los que tiene profesiones universitarias.
2. Que sea claro
para usted. Imprima su sermón, léalo antes de predicarlo, haga anotaciones,
correcciones, señalamientos, cualquier cosa que considere que debe arreglar,
después escriba de nuevo y vuélvalo a imprimir. En mi experiencia, la pantalla
de la computadora no permite ver la escritura con sus matices y claridad del
contenido escrito, literario y ortográfico.
Mi recomendación
por excelencia es leer. No solamente su Biblia: sermones, libros sobre temas
bíblicos, también buena literatura. Eso le ayudará a escribir correctamente y a
encontrar su estilo personal. Quizá pasen un par de años antes de lograrlo, sea
paciente.
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