Debe recordarse que, anteriormente, hemos hablado del sermón
textual. Éste tipo de sermón consiste en explicar a detalle una porción de la
escritura. En lo personal, me siento más cómodo preparando y exponiendo
sermones de éste tipo.
El sermón textual
se desarrolla por sí solo, es el mismo texto el que se explica, pero hay que
entenderlo:
Orad sin cesar
(1 Tesalonicenses 5:17)
Introducción.
El arma más poderosa para defendernos del maligno, y que está
al alcance de todos, es la oración. Es un medio de comunicación con nuestro
Dios. Podemos utilizarla en cualquier momento, en cualquier lugar y en
cualquier posición. Pero debemos considerar algunas cosas que quizá hemos
olvidado.
1. La oración es un mandamiento.
La palabra “orad” es una orden. Compare otros versículos (1 Corintios
11:23-25), en estos pasajes encontramos mandamientos muy claros: “tomad”,
“comed”, “bebed”, “haced”.
2. Debemos orar frecuentemente.
La frase “sin cesar” implica la frecuencia. Siempre. Cada
día. Piense en el tiempo que otros dedicaban a la oración:
a. Daniel oraba
tres veces al día (Daniel 6:10).
b. Jesús hora
hasta una noche entera (Lucas 6:12).
3. La oración debe ser un hábito.
No solamente debemos orar de manera sistemática, pero también
debe ser parte de nuestra conducta. En el contexto de 1 Tesalonicenses 5:12-23,
hay muchas recomendaciones que los cristianos deben seguir: cómo comportarse,
cómo estudiar, cómo mantener su santidad, etcétera; y la oración forma parte de
esos hábitos.
Conclusión.
Un cristiano que no tiene el hábito de orar frecuentemente,
está expuesto a las garras de Satanás. La oración puede librarnos de la
tentación, llevar nuestras penas, peticiones y acciones de gracias a Dios. No
se olvide de orar.
Ciertamente el sermón textual utiliza un versículo, capítulo
o libro, para obtener una enseñanza práctica. Reeves
M. (1998) señala que hay diferentes tipos de texto en la Biblia, y por lo tanto
podemos obtener diferentes lecciones, él señala dos:
1. La historia o relato bíblico. El Antiguo
Testamento es una gran fuente de historias y relatos, ahí podemos encontrar
biografías de personajes, situaciones, problemáticas, conflictos, bendiciones,
experiencias de otros hombres. Nuestro deber es obtener aplicaciones prácticas
de esos relatos.
2. El texto doctrinal. Cuando hablamos de
doctrina nos referimos a “enseñanza”, que puede ser: de ánimo, de amonestación,
de aliento, de estudio, etcétera. Podemos encontrar sermones muy valiosos en
cada pasaje de la escritura.
Al interpretar un texto o una porción de
la Biblia, no debe olvidar los puntos sugeridos anteriormente. Es importante
que entienda, realmente, lo que el texto quiere enseñarnos. Tome en cuenta que,
como dijo el escritor Lewis Carroll, cada palabra usualmente quiere decir mucho
más de lo que pretendemos. Así que cada palabra del texto es un valioso tesoro
que debemos rescatar. Heche mano de todas las herramientas que estén a su
alcance: diccionarios de definiciones, diccionarios en griego, comentarios, tratados,
artículos, sermones, otras versiones, textos paralelos, etcétera. Eso le dará
una visión más clara de lo que el texto quiere enseñarnos.
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