(1Co.3.16;
6.19) -19 sep. 09-
Introducción.
A. Las diferentes creencias que giran en
torno a Espíritu Santo, hacen que se envuelva en un medio misterioso y confuso
acerca de su persona y de su obra.
B. A través de la Biblia vamos traer a la luz
la verdad sobre el Espíritu Santo. Él está considerado en un plano de igualdad
con Dios, es una persona (no un ente, o fuerza), tiene atributos divinos.
I.- Falacias sobre el Espíritu Santo.
A. Toma posesión. Algunos creen que el
espíritu toma el control sobre el cuerpo de los creyentes, como si fuera una
presencia que penetra en el cuerpo.
B. Se siente. No se puede sentir al Espíritu
en sí, pero se puede sentir sus frutos.
C. Quien tiene el Espíritu Santo debe hacer
milagros. El Espíritu Santo no tiene nada que ver con hacer milagros (Lc.1.15;
Jn.10.41).
D. Habla por nosotros. El Espíritu Santo nos
guía a la verdad a través de la palabra y hablamos lo que él manda, pero él no
mueve los labios como lo hizo con Pedro (Hc.2.39; 10.34), en ese caso no
sabríamos lo que decimos.
E. El Bautismo en el Espíritu. Ese bautismo
fue profetizado solamente a los apóstoles (Mr.1.8; Hc.2.1-4). Sólo hay un
bautismo vigente el de Cristo en agua (Efe.4.5).
II.- Mora cuando reflejamos lo que él es.
A. “Veo a Maradona en él”. Cuando una persona
refleja a otra en el, decimos que tiene a la otra persona, es decir, si hacemos
lo que él hace entonces mora en nosotros.
B. El Espíritu es Santo (1Ped.1.16). De la
misma manera nosotros debemos ser santos porque así es el espíritu y si mora en
nosotros debemos proyectar lo que él es (1Co.6.19).
III.- Mora cuando llevamos sus frutos.
A. “Lleva la música en la sangre”. Si hacemos
sus frutos y desarrollamos habilidad para ello entonces el Espíritu mora en
nosotros.
B. El fruto
del Espíritu (Gal.5.22). “Las obras de la carne” y “el fruto del Espíritu” son
contrarios. El fruto del Espíritu es una vida espiritual en cambio hay muchas
vidas carnales (adulteras, mentirosas, ladronas, idólatras, etc.). Pero quien
tiene al Espíritu vive espiritualmente (v.24).
1. Amor (Jn.3.16). No el de familia, el de
pasión o el de sentimiento y afecto. Sino el que ama aún a quien no es digno de
nuestro amor.
2. Gozo (Hc.8.39). Cristo trae gozo, una
vida de alegría a pesar de las tristezas. “el optimista ve una oportunidad en
cada calamidad, y el pesimista ve una calamidad en cada oportunidad”.
3. Paz (Jn.14.27; 16.33). El evangelio
termina con el conflicto entre Dios y los hombres.
4. Paciencia (longanimidad) (Prov.16.32).
Tardo para airarse. El iracundo no puede enseñar el evangelio pues no lo
practica.
5. Bondad (1Co.13.4). La gemela del amor.
La bondad es activa, la longanimidad pasiva. La longanimidad aguanta, la bondad
conquista, cambia el mal por bien (Rom.12.21).
6. Fe (1Co.4.1, 2). Fieles en cada aspecto
de la vida, con Dios, con la familia, con el empleo.
7. Mansedumbre (Stg.3.13, 14). Humildad.
8. Templanza (dominio propio) (1Ped.2.11).
Control de sí mismo, de las emociones, conductas, deseos, es necesario el
esfuerzo.
Conclusión.
A. No obra de manera misteriosa, sino que lo
hace a través de la palabra (Efe.6.17). No hay otra manera, lo que el Espíritu
hace es lo que la palabra hace.
B. (1) Nacemos del Espíritu
(Jn.3.5-8)=nacemos de la palabra (1Ped.1.23-25), (2) Somos lavados por Él
(1Co.6.11)=somos lavados por la palabra (Efe.5.26), (3) Somos santificados por
Él (1Co.6.11)=somos santificados por la palabra (Jn.17.17).
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