"Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" -Mateo 23:8-

domingo, 15 de noviembre de 2015

NABUCODONOSOR

(Dan.4.30) -26 ene. 08-
Introducción.
  A. La historia de Nabucodonosor, nos recuerda varias cosas sobre la actitud que todo hombre debe tener.
  B. Nabucodonosor amaba las grandes construcciones. Tanto que a él se le atribuyen construcciones como un templo dedicado a los planetas, cada piso representaba uno con su color, también los famosos Jardines Colgantes de Babilonia (una de las siete maravillas del mundo).
  C. Pero toda la grandeza de Nabucodonosor, y todas sus construcciones le llevaron a caer en la soberbia y otras actitudes que Dios reprobó.

I.- Quiso ser más de lo que Dios le había dado.
  A. Nabucodonosor fue elegido por Dios para castigar al pueblo (Esd.5.12). Dios le hizo rey de reyes (Dan.2.37). Dios le calificó como la cabeza de oro en la visión (2.38).
  B. Sin embargo, el rey, no se conformó con lo que Dios ya le había dado, quiso ser más de lo que debía (3.1). Se ensoberbeció (5.20).
  C. Dios nos ha dado una actividad que debemos cumplir, pero no debemos tratar de ser más de lo que Dios nos ha dado. Cuántas veces vemos éste tipo de actitud, aquellos que ganan y sobre eso se burlan de los que pierden; aquellos que conocen y se glorían de ello, etc. Así sucedió con otros a través de la historia:
    1. Adán y Eva (Gen.3.5).
    2. Diótrefes (3Jn.1.9).

II.- Quiso mantener su orgullo hasta el fin.
  A. Nabucodonosor había sido advertido de su soberbia actitud (4.24-27). Aun así pasó por alto el consejo de Daniel. Y se alabó a sí mismo y no a Dios (4.30). Por ello fue castigado haciéndole enloquecer, con una enfermedad llamada zoantropía, en donde el enfermo se cree animal y actúa como uno (v.33).
  B. Dios no tolera la insolencia del hombre, y por ello Nabucodonosor fue castigado en esa manera.
  C. Dios castigó a otras personas de la misma manera, Saúl (1Sam.18.10). A otros advirtió sobre éste castigo (Deut.28.28). Esto nos enseña que Dios castiga duramente la soberbia (Stg.4.6).

III.- Tuvo que humillarse profundamente.
  A. ¡Qué tan profundamente tuvo que humillarse! Tanta fue la soberbia de Nabucodonosor que tan bajo tuvo que llegar. Entre más altos son, más fuerte caen. Tan bajo se humilló que tuvo que levantar sus ojos (4.34), en señal de sumisión.
  B. Este tipo de humillación es la que Dios exige de nosotros. La misma que hubo en Cristo (Fil.2.5-8) para también Dios pueda exaltarnos hasta lo sumo (v.9). Así lo hace con aquellos que se humillan (Job.42.12).
  C. Nabucodonosor recuperó todo su poder, grandeza y gloria y aún aumentadas (4.36, 37). Tal fue la grandeza de Nabucodonosor que se le conoce como el más grande monarca de Babilonia. “He examinado los ladrillos pertenecientes a quizá cien diferentes torres y sitios de los barrios de Bagdad, y nunca he encontrado otra leyenda que esta de ‘Nabucodonosor, hijo de Nabopolasar, rey de Babilonia’ el noningentésimo de todos los ladrillos de las ruinas de Babilonia están estampadas con su nombre” (H. Rowlinson).

Conclusión.
  A. Si realmente queremos alcanzar gloria; debemos cumplir con el trabajo que Dios nos ha dado.
  B. Debemos aprender a oír el consejo de Dios.

  C. Y humillarnos cada día, para que Dios nos de gracia, porque él resiste a los soberbios.
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