LA CONDICIÓN DEL HOMBRE QUE VIVE SIN DIOS

(Lucas 8:26-35; Marcos 5:1-15)

Introducción

A.    Jesús demostró que la naturaleza le obedece. Ahora un demonio se inclina ante él (v. 28).

B.     Jesús puede librar al hombre de sus demonios. Pero una persona que no viene a Jesús está en una triste condición.

1. Mora en medio de los muertos

A.    Aquel endemoniado no vestía ropa, no moraba en casa sino en lo sepulcros (Lc. 8:27; Mr. 5:5).

B.     En la ley “cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo” (Números 19:16).

C.     Los que viven sin Dios están muertos en sus pecados (Efesios 2:1, 12).

2. Es dominado por Satanás

A.    Nadie podía controlarlo (Mr. 5:3-4) porque era impelido por el demonio (Lc. 8:29).

B.     “no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí” (Romanos 7:15-20).

C.     “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio” (1 Juan 3:8).

3. No está en sus cinco sentidos

A.    Cuando Jesús lo salvó recupero el juicio (Lc. 8:35).

B.     “Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades” (Proverbios 23:31-35).

C.     “n los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento” (2 Corintios 4:4).

Conclusión

A.    Es muy triste vivir lejos de Dios. Este hombre no quería volver a separarse de Dios (Lc. 8:38).

B.     Si nos alejamos otra vez de Dios nos exponemos a un peligro más grande (Lucas 11:24-26; 2 Pedro 2:20-22).