"Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" -Mateo 23:8-

lunes, 17 de febrero de 2014

¿CÓMO ENTRASTE AQUÍ?

(Mt.22.12) - 23 may. 07 -

Introducción.
A. En esta lección vamos a meditar sobre nuestra condición espiritual.
B. Es muy importante que meditemos sobre nuestra manera de conducirnos en la casa de Dios (1Tim.3.15).
C. Vamos a meditar sobre la condición del hombre, dentro de la cena de la parábola que Jesús refirió. No sabemos cómo el hombre entró a la cena, pero si podemos inferir cómo NO entro a la cena.

I.- No entró con autorización.
A. Todos son invitados pero este no aceptó las condiciones. Primeramente esta parábola se aplica a los judíos, ellos no aceptaron las condiciones de Jehová, igual que en la parábola anterior, ahora la invitación es a los gentiles, aún dentro de ellos hay personas que no aceptan totalmente las condiciones (2Tim.4.10).
B. Dios invita a todos pero tenemos que aceptar las condiciones. Éste hombre quiso participar de la cena sin aceptar la condición del traje. Ahora muchos quieren ser cristianos a su manera (Jer.2.13).

II.- No entró disfrazado.
A. No tenemos idea si habrían siervos cuidando la entrada, pero este hombre no se disfrazó para parecer invitado. Muchos malos se disfrazan pero éste no, su manera de “vestir” lo delataba, lo mismo pasaba con algunos judíos, ellos tenían una mala manera de ser, y muchos de ellos sí se disfrazaban (Mt.6.16), otros estaban bien delante de Dios (Jn.1.47).
B. Lo interesante es que éste hombre no se disfrazó, quizá esto es para hacer énfasis en que los falsos son descubiertos por su manera de vestir (Mt.7.15; Hc.20.29).
C. Esto también puede aplicarse a la necesidad de ser cuidadosos con los hermanos que recibimos (2Jn.10, 11).

III.- No sobornó a los siervos.
A. Si habían siervos cuidando la puerta, no les ofreció dinero para permitírsele la entrada, porque los siervos no habrían aceptado la oferta, pues conocían el celo del rey (v.7). La aplicación cabe en los judíos que querían convencer a los profetas para hablar cosas agradables (Isa.30.9-11).
B. Esto nos enseña que la entrada al reino de los cielos, no se obtiene con dinero (2Cr.19.17). Algunos han permitido la venta de indulgencias (remisión, mediante un pago, de los castigos temporales impuestos por la comisión de los pecados).
C. Nos enseña que las bendiciones no se obtienen con dinero (Hc.8.18-21).


IV.- No entró por la puerta.

A. todas estas cosas nos llevan a ésta última conclusión. Si hubiese entrado por la puerta principal, en ese momento le habría echado fuera, o si es que el rey proporcionaba el traje de bodas, se lo habrían dado. Los judíos no estaban entrando por la puerta, es decir, no tenían autorización de Dios para dirigir al pueblo (Jn.10.1; Mt.15.14).
B. Esto nos enseña de la necesidad de hacer las cosas conforme a Dios manda, aunque eso pueda ser difícil (Mt.7.13).
C. También nos enseña de la existencia de personas en la iglesia que no son sinceros, sino falsos, perversos (2Tim.3.1-5; 2Ped.2.1-3).
D. Estas personas son muy similares de Satanás (Job.1.6, 7; 2.1; 2Co.11.14).

Conclusión.
A. Podemos rescatar lecciones muy importantes, consideremos nuestra manera de conducirnos en la iglesia, cómo estamos vestidos en la cena de Dios.
B. Necesitamos tener mucho cuidado con nosotros y las personas que vienen a la iglesia, pues en ocasiones se introducen falsos.
C. Vigilemos bien la entrada de la iglesia, pues algún día estaremos festejando también las bodas del cordero (Apc.19.7-9).
D. Analice su persona, los apóstoles lo hicieron “¿Soy yo, Señor?” (Mt.26.22).
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