"Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" -Mateo 23:8-

lunes, 17 de febrero de 2014

UN BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO

(2Tim.2.3, 4)- 27 nov. 06

Introducción.
  A. En ésta lección aprenderemos el tipo de cristiano de que Dios quiere.
  B. Hablaremos de alguien que es un buen soldado de Jesucristo, las características que tiene y las cosas por las que debe pasar.
  C. Hablaremos sobre lo que Pablo enseñó a Timoteo.

I.- Sufre penalidades

  A. El pasaje dice que un buen soldado sufre penalidades. En el tiempo de roma, un soldado llevaba su equipo y mucha carga y tenía que cargar con todo aquello durante treinta kilómetros "como mínimo" y después cavar los fosos, levantar los terraplenes y las empalizadas y montar las tiendas del campamento de marcha. Marchas y más marchas cargados con cestos llenos de piedras conseguían que los pies se endurecieran como el acero y que los músculos de las piernas doblaran su tamaño. Y además de las marchas estaban los ejercicios obligatorios como montar a caballo, natación, etc. No es extraño que las primeras semanas el valetudinarium (hospital) del cuartel estuviera siempre lleno de reclutas quejándose de ampollas y dolores musculares, aunque lo que de verdad funcionaban en estos casos eran los remedios caseros de los veteranos que los novatos se apresuraban a aplicarse con gran alivio. Cada día antes de salir el sol las trompetas tocaban diana y la legión se ponía en marcha.
  B. En éste caso el que sufría las penalidades era Pablo, un buen soldado comparte la batalla de otros para hacerla suya.
  C. Nosotros tenemos una batalla contra el diablo (Efe.6.11, 12).
  D. Como buenos soldados somos participantes de los sufrimientos por el evangelio.
  E. Muchas veces decir la verdad es motivo de represalias (Mr.6.24).

II.- No se enreda en los negocios civiles

  A. Pablo enseñó a Timoteo que un buen soldado se mantiene dedicado a su servicio. Los jóvenes que voluntariamente se habían entregado al ejército romano habían de ser formados, moldeados física y mentalmente para convertirse en perfectas máquinas de matar, en los mejores soldados de la Historia. Los reclutas eran alojados en los barracones del campamento. Cada ocho legionarios formaban un contubernium o grupo que debía aprender a convivir, ya que los ocho harían vida en común como si de una familia se tratara. Cada contubernium tenía una mula que cargaba con la pesada tienda de campaña de cuero, el molino para moler trigo y las herramientas y utensilios comunes.
  B. Es decir, no tiene mayor trato con el mundo.
  C. Un buen soldado no comparte el pecado de otros (1Co.5.6-11).
  D. Estamos en éste mundo, pero no somos de éste mundo (Jn.17.14-16).

III.- Es condecorado por su Señor

  A. Un buen soldado está luchando para agradar a su superior.
  B. En los tiempos de roma, un soldado necesitaba:
Un legionario romano recién alistado en la Legión Décima cuando César llegó a la Galia Cisalpina para hacer frente a la invasión helvecia en el año 58 debía haber cumplido los siguientes requisitos:
    1. Requisitos legales:
      a- Ser ciudadano romano. Sólo los ciudadanos romanos podían servir en las legiones.
      b- Estar legalmente censado y tener el visto bueno de las autoridades municipales.
      c- Ser soltero.
    2. Requisitos físicos:
      a- Tener entre 16 y 20 años. Las edades variaron a lo largo de los siglos.
      b- Una estatura mínima de 1,70.
      c- No sobrepasar un determinado peso y tener una determinada masa muscular.
      d- Superar las pruebas físicas. No las conocemos pero serían prácticamente iguales que las de hoy en día, para demostrar que el aspirante a recluta era capaz de correr, saltar, etc. Además sabemos que se les hacían un reconocimiento médico completo que incluía pruebas de visión y de oído. Era enviado a la capital de su provincia donde se les hacía un primer examen físico, se certificaban sus documentos, se les hacía entrega de un stipendium o dieta consistente en unas monedas para pagar el viaje y eran enviados al cuartel general de la legión a la que habían sido adscritos. Una vez en el cuartel general de la legión, que era su sede administrativa, los funcionarios militares revisaban los documentos de los aspirantes dándoles el visto bueno y se les sometía a un nuevo examen médico y a una prueba física. Si pasaban este trámite eran formalmente aceptados como reclutas y debían prestar juramento solemne de defender Roma contra todos sus enemigos y de guardar y hacer guardar las leyes de Roma. Ya eran legionarios romanos. El centurión les informaba de que su sueldo era de 225 denarios al año y de que en los depósitos de la legión encontrarían todo su equipo: cota de malla, yelmo, espada, pugio, pila, etc, etc, etc. Ese equipo debían pagarlo de su bolsillo, así era difícil que lo perdieran y podían adquirir el estándar fabricado en serie para el ejército o uno más caro adquirido a artesanos especializados con bonitos adornos. De momento, y como todos estaban tiesos, adquirían el estándar, cuyo coste se descontaba de su sueldo.
  C. Los soldados romanos eran remunerados, pues su trabajo era duro, cargaban con grandes pesos por más de 30 km, y cavaban fosos y levantaban empalizadas, y luchaban, además de alimento solo tenían lo básico que compartían con los del contubernium. El ejército romano era un ejército bien pagado comparado con otros ejércitos incluso de nuestros días. El salario de los soldados romanos en la época de la muerte de César-principios del Imperio era aproximadamente el siguiente:
GRADUACIÓN
DENARIOS
Legionario
225
Pretoriano
500
Centurión
1.250 / 2.500
Primi Ordines
5.000
Tribunus semestris
12.500
Tribunus laticlavius
30.000 / 50.000
Tribunus angusticlavius
25.000
Praefectus castrorum
30.000
Praefectus alae
25.000 / 30.000
Tribunus cohors urbanae
50.000
Tribunus cohors praetoriae
50.000 / 75.000
Primus Pilum iterus
50.000 / 75.000
Además del salario, el legionario recibía extras como donaciones o partes de botín, premios en metálico, etc. La mitad de estos extras eran depositados obligatoriamente en la caja de la legión, en una cuenta que debía servir para pagar sus honras fúnebres en caso de muerte o para asegurarles el retiro al licenciarse.
  D. Hoy en día existen otras remuneraciones:
      1. Collar. Es la de mayor importancia. Se otorgan, generalmente, a jefes de Estado y se representa por: un collar cuyos eslabones tienen los símbolos de la orden. Una banda con los colores de la Orden, en cuyo lazo terminal cuelga una venera o cruz con los símbolos de la Orden en su anverso o su reverso. Una placa con los símbolos de la Orden.
      2. Gran Cruz. Es la categoría que va por debajo del collar. Se puede otorgar a ilustres personalidades. Se compone de una banda semejante a la del collar (bando con los colores de la Orden). Y una placa con los colores de la Orden, similar a la del Collar.
      3. Encomienda con placa. Se compone de una placa, de inferior tamaño, a los del Collar y la Gran Cruz, con los símbolos de la Orden. En algunas órdenes, tienen en este grado una corbata (cinta larga con los colores de la Orden que se ata al cuello) con una venera o cruz con los símbolos de la orden en su anverso y/o reverso.
      4. Encomienda. Se compone de una venera o cruz con los símbolos de la orden, de tamaño y forma similar al de la Encomienda con placa.
      5. Oficial. Se compone de una cruz con los símbolos de la Orden en su anverso y en su reverso, pendiente de una cinta corta (corbata) con los colores de la orden, y sujeta, generalmente, por un pasador. En el centro de la cinta suele tener un pequeño rosetón o lazo de los mismos colores que los lucidos en la cinta.
      6. Caballero o Dama. Una distinción similar a la oficial, pero de menor tamaño, generalmente, y sin el rosetón o lazo de la cinta. En la ampliación del capítulo veremos los distintos tipos de Órdenes más conocidas, y como se lucen las condecoraciones.
      7. El ejército alemán, distinguía tres tipos de condecoraciones: las que premiaban el mérito o el valor en combate; las que se otorgaban como reconocimiento a un servicio distinguido o una campaña exitosa; y las que reflejaban una característica o conocimiento especial de su portador.
  E. Pablo nos enseña por medio de ésta carta, que debemos luchar para recibir las condecoraciones de Dios, no que las merezcamos, pero, que hagamos el mérito por tenerlas (Fil.1.9.11). Frutos dignos (Hc.26.20).
  F. Dios promete darnos una grande recompensa (1Co.15.18):
      1. El árbol de la vida (Apc.2.7).
      2. Vencer la 2ª muerte (v.11).
      3. Del maná.
      4. Una piedrecita blanca.
      5. Un nombre nuevo (v.17).
      6. Autoridad.
      7. La estrella de la mañana (v.27, 28).
      8. Vestiduras blancas.
      9. Ser confesado (3.5).
      10. Monumento en su nombre en el templo de Dios (3.11).
      11. Parte en el trono (v.21).

Conclusión.

  A. Luchemos por ser buenos soldados del Señor.
  B. Demos el mayor esfuerzo, si hay que sufrir, si hay que dedicarnos, si debemos dejar las cosas del mundo, todo lo hagamos por el Señor.

  C. No dudemos de que el Señor nos dará recompensa en el día final, y una recompensa incomparable, la cual solamente los soldados vencedores tendrán.
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